En 1996 nos llegaron grandes juegos, piezas únicas que alcanzaron el estatus de juego de culto. Títulos como X-Men
vs Street Fighter, Kirby Super Star, Bust-A-Move, Broken Sword, Duke
Nukem 3D, Tomb Raider, Resident Evil, Pokemon Rojo y Azul, Star Ocean,
Super Mario 64… Pero de entre todos ellos hay uno que quizá sea menos recordado, pero que igualmente se convirtió en una obra de culto: The Neverhood.
Creado para PC
(y publicado por la mismísima DreamWorks Interactive) enseguida nos
entra por los ojos debido a su característico aspecto gráfico. Usando la
técnica denominada claymation (ya os hablé de ella en ClayFighter),
nos mostraba unos entornos trabajados a mano y una animación creada
igualmente frame a frame con figuras de plastilina. Dreamworks nos
transportó enseguida a un mundo cargado de locura, diversión y
autenticidad, gracias al animador Doug TenNapel (escritor, animador y productor, crador a su vez de Earthworm Jim) lleno de detalles, humor y fantasía.
Pero no sólo fue grande gráficamente ya que esta aventura contaba con una grandísima banda sonora creada por el compositor Terry Scott Taylor, titulada Imaginarium: Songs from the Neverhood. Describirla es imposible así que os animo a que os hagáis con ella. No, no exagero.
Como decíamos nos encontramos ante una aventura gráfica,
que pese a su aspecto quizá infantil atesoraba una más que generosa
dificultad. Sus puzles y pruebas le hicieron ganarse fama de juego difícil
(aun a día de hoy me lo sigue pareciendo) y basaba la resolución de
estos desafíos en el uso de notas musicales, memoria, colores y
acertijos. Repito, pese a su aspecto, el juego se concibió para adultos y
jóvenes, no para niños, pese a que nuestro querido Klaymen no podía morir. Bueno, realmente sí podía perecer, pero sólo en un punto determinado y encima estaba señalado para tal fin.
Ya lo comentaba al principio, en 1996 se lanzaron gran cantidad de juegos importantes y eso quizá hizo que The Neverhood no
alcanzara las ventas merecidas. También es cierto que por aquel
entonces las aventuras gráficas empezaron a perder empuje. Sin embargo
sí que a día de hoy se le considera un juego de culto, como ocurre con
su loca secuela…
Cambiando el gameplay de aventura a un puro y clásico plataformas (quizá para no repetir las malas ventas de su predecesor) SkullMonkeys nos llegó en 1998 para PlayStation, nuestra querida gris de 32bit, que poco a poco estaba tomando el control del mercado y revolucionando los hogares.
Para esta segunda parte también repiten TenNapel y Scott Taylor.
Lo sencillo sería que encontráramos más de lo mismo, ¿verdad? Nada más
lejos de la realidad ya que todo se vio ampliamente superado: mejores
gráficos, más y carismáticos personajes, mejor música, más variedad y
diversión… SkullMonkeys llegó al corazón de todos aquellos que lo
pudieron probar y de manera unánime.
Todo, desde el argumento y los nuevos escenarios, pasando por los
enemigos y las habilidades de Klaymen, seguían destilando hilaridad y
surrealismo. Aunque había algo que se repetía: su enervante dificultad. Tanto The Neverhood como SkullMonkeys pasarán a la historia como juegos realmente difíciles, aptos solo para gente paciente y habilidosa (o más tozuda que una mula).
Klaymen os atrapará sin remedio con su sentido del humor, sus aventuras locas y esos monos espeluchaos recién sacados de Pesadilla antes de Navidad
(Henry Shellick, 1993). Juego de culto se queda corto para un juego tan
rico, grande y generoso. Lástima, una vez más, de su fría acogida.
Pero, si algo está claro, es que el tiempo pone a cada uno en su sitio.
Entrada publicada originalmente en Gamikia el 23 de agosto de 2011 (Enlace)
Mierda, es uno de esos juegos con el precio mucho más elevado de lo que debería, en eBay no baja de los 30€. Lo tendré que conseguir para PC(guiño guiño)
ResponderEliminarSí, suele valer pasta. 30 pavos me parecen pocos...
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