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martes, 15 de mayo de 2012

Plastilina viviente: The Neverhood y SkullMonkeys




En 1996 nos llegaron grandes juegos, piezas únicas que alcanzaron el estatus de juego de culto. Títulos como X-Men vs Street Fighter, Kirby Super Star, Bust-A-Move, Broken Sword, Duke Nukem 3D, Tomb Raider, Resident Evil, Pokemon Rojo y Azul, Star Ocean, Super Mario 64… Pero de entre todos ellos hay uno que quizá sea menos recordado, pero que igualmente se convirtió en una obra de culto: The Neverhood.


Creado para PC (y publicado por la mismísima DreamWorks Interactive) enseguida nos entra por los ojos debido a su característico aspecto gráfico. Usando la técnica denominada claymation (ya os hablé de ella en ClayFighter), nos mostraba unos entornos trabajados a mano y una animación creada igualmente frame a frame con figuras de plastilina. Dreamworks nos transportó enseguida a un mundo cargado de locura, diversión y autenticidad, gracias al animador Doug TenNapel (escritor, animador y productor, crador a su vez de Earthworm Jim) lleno de detalles, humor y fantasía.

Pero no sólo fue grande gráficamente ya que esta aventura contaba con una grandísima banda sonora creada por el compositor Terry Scott Taylor, titulada Imaginarium: Songs from the Neverhood. Describirla es imposible así que os animo a que os hagáis con ella. No, no exagero.

Como decíamos nos encontramos ante una aventura gráfica, que pese a su aspecto quizá infantil atesoraba una más que generosa dificultad. Sus puzles y pruebas le hicieron ganarse fama de juego difícil (aun a día de hoy me lo sigue pareciendo) y basaba la resolución de estos desafíos en el uso de notas musicales, memoria, colores y acertijos. Repito, pese a su aspecto, el juego se concibió para adultos y jóvenes, no para niños, pese a que nuestro querido Klaymen no podía morir. Bueno, realmente sí podía perecer, pero sólo en un punto determinado y encima estaba señalado para tal fin.

Ya lo comentaba al principio, en 1996 se lanzaron gran cantidad de juegos importantes y eso quizá hizo que The Neverhood no alcanzara las ventas merecidas. También es cierto que por aquel entonces las aventuras gráficas empezaron a perder empuje. Sin embargo sí que a día de hoy se le considera un juego de culto, como ocurre con su loca secuela…


Cambiando el gameplay de aventura a un puro y clásico plataformas (quizá para no repetir las malas ventas de su predecesor) SkullMonkeys nos llegó en 1998 para PlayStation, nuestra querida gris de 32bit, que poco a poco estaba tomando el control del mercado y revolucionando los hogares.

Para esta segunda parte también repiten TenNapel y Scott Taylor. Lo sencillo sería que encontráramos más de lo mismo, ¿verdad? Nada más lejos de la realidad ya que todo se vio ampliamente superado: mejores gráficos, más y carismáticos personajes, mejor música, más variedad y diversión… SkullMonkeys llegó al corazón de todos aquellos que lo pudieron probar y de manera unánime.


Todo, desde el argumento y los nuevos escenarios, pasando por los enemigos y las habilidades de Klaymen, seguían destilando hilaridad y surrealismo. Aunque había algo que se repetía: su enervante dificultad. Tanto The Neverhood como SkullMonkeys pasarán a la historia como juegos realmente difíciles, aptos solo para gente paciente y habilidosa (o más tozuda que una mula).

Klaymen os atrapará sin remedio con su sentido del humor, sus aventuras locas y esos monos espeluchaos recién sacados de Pesadilla antes de Navidad (Henry Shellick, 1993). Juego de culto se queda corto para un juego tan rico, grande y generoso. Lástima, una vez más, de su fría acogida. Pero, si algo está claro, es que el tiempo pone a cada uno en su sitio.

Entrada publicada originalmente en Gamikia el 23 de agosto de 2011 (Enlace)

2 comentarios:

  1. Mierda, es uno de esos juegos con el precio mucho más elevado de lo que debería, en eBay no baja de los 30€. Lo tendré que conseguir para PC(guiño guiño)

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