
Las artes marciales van más allá del hecho de pelear o luchar, son una forma de vida, son una filosofía y un camino que se elije y requiere dedicación. Está claro que se busca someter o defenderse aplicando una serie de normas y conocimientos pero siempre (normalmente) bajo ciertas leyes y honor. Aunque habitualmente se excluye el uso de armas, éstas también se contemplan dentro de lo que se engloba como artes marciales. Uno puede dedicarse en mayor o menor medida a las AM por moda, salud, autoconfianza, buscar la madurez mental o la iluminación, etc, pero dejando siempre claro que es algo que requiere dedicación y constancia.