En 1982 se lanzaron grandes clásicos como Dig Dug (Namco), Donkey Kong Junior (Nintendo), Joust (Midway), Mr Do! (Universal), Millipede (Atari/Midway) o Ms. Pac-Man (Namco), e incluso infectas ofensas como ET the Extra-Terrestrial
para Atari. Hay de todo y para todos, como se suele decir. Con tal
avalancha es fácil que Pengo quedara olvidado debajo de todos esos
grandes títulos, la mayoría recordados incluso hoy día (Xevious, Time Pilot, Ultima II, Moon Patrol… ufffff).
Afortunadamente para unos cuantos, este action puzzle game
siempre estará presente por la sinceridad e inocencia de su mecanismo,
fruto de una industria en pleno apogeo y que aún no había despegado
totalmente.
Pengo (arcade) |
Realmente su gameplay no guarda misterios o resulta ambicioso. En unos niveles laberínticos similares a Pac-Man o Bomberman,
debíamos deshacernos de nuestros enemigos lanzándoles bloques de hielo.
Bajo una vista aérea podremos empujar los bloques que forman los
pasillos para aplastar a los Son-bees (los enemigos)
siempre en línea recta y hasta que choquen con algo. Estos enemigos
tenían cuatro diferentes colores como en Pac-Man, cambiando su
velocidad. Pengo al menos corría más que los verdes, aumentando así las
posibilidades de supervivencia. Otro aspecto copiado de Pac-Man son los intermedios:
los enemigos desfilan haciendo algo especial para nosotros en el
intermedio de algunos niveles, lo que resulta cuanto menos curioso.
Los Son-Bees no se iban a quedar quietos, ya que aparte de
perseguirnos, podían destruir los bloques restantes para dejarnos sin
arma. Tan sólo contaríamos entonces con tres bloques indestructibles
(que al juntar pasábamos de nivel) y una extraña habilidad que también
lo diferenciaba de juegos similares: si un enemigo caminaba cerca de la
pared, podíamos agitarla para desorientarlo, pudiendo eliminarlo
entonces con sólo tocarlo, pero percibiendo a cambio una cantidad de
puntos visiblemente inferior.
Tras un minuto de juego sin morir, comenzaba lo realmente divertido: entrábamos en un modo de muerte súbita
en el que todo se aceleraba, desde la BSO a los malditos Son-bees.
Estos, al sólo quedar uno, podían escapar llegando a una de las esquinas
y abandonando el nivel, con la consiguiente pérdida de bonus. Sencillo pero maquiavélicamente adictivo…
Pepen ga Pengo (Sega Mega Drive) |
Afortunadamente para Sega, nuestro amigo Pengo ha contado con bastantes adaptaciones oficiales.
En consolas tenemos Atari 2600, Atari 5200 y Atari XEGS (1983), Sega
Game Gear (1990), Sega MegaDrive (1995) y Sega Saturn (1997) dentro del Sega Memorial Selection Vol.1.
En ordenadores tampoco faltó, ya que podemos encontrar al pingüino en
Atari 800 (1983) o Commodore 64 (1983). Además, por supuesto, en hand-helds (juegos portátiles de un solo juego) en dos versiones fabricadas por Bandai, en LCD y VFD (de bolsillo y de mesa, respectivamente). También en 2001 recibimos una versión para teléfono móvil bastante digna.
Aparte también podíamos encontrar versiones con otros nombres un tanto, digamos, alegales.
Juegos como Petch (Commodore 64) o Pengon (Tandy Color CPU) ambos de
1983, sin olvidar a Troglo (Amstrad CPC,1986) o Penta. En todos ellos
se, digamos, homenajeaba al clásico instantáneo de Sega con más o menos cara dura…
Eran otros tiempos y realmente perseguir estas copias y llegar a los tribunales era tarea ardua (como vimos en Satan), ya que mucha gente incluso programaba juegos con su Spectrum que luego revistas del sector regalaban, como por ejemplo Micro Hobby. Pero esto realmente no es algo tan antiguo, ya que podemos encontrar desde remakes en 3D como Pengo 3D (X2 Productions, 2003) a un sospechoso clon en Three Wonders de la sin par Capcom: Don´t Pull.
Don´t Pull (arcade) |
Uno de los aspectos más recordados de Pengo es su BSO, aunque en aquellos tiempos no creo que se llamaran así. El tema Popcorn (Hot Butter Band, 1972) sonaba a todo volumen por todos los recreativos con personalidad propia junto al Himno de la alegría (La Sinfonía n.º 9 Op. 125 en re menor de Beethoven, 1814-1824). Si a tan poco común banda sonora
le añadimos unos gráficos bonitos de diseño muy japonés y agradable,
unas animaciones graciosas, una jugabilidad de miedo y una dificultad
legendariamente endiablada pero perfectamente ajustada, el resultado no
sólo no puede ser malo, si no que es de antología.
Por cierto, si os parece sencillo os animo a que intentéis batir el record. Según parece lo tiene un tal Rodney Day (Canberra, Australia) con la insignificante cifra de 1.110.370 puntos. Nada, seguro que es tan sólo calderilla para vosotros, pero os confirmo que la tiene imbatida desde el 13 de agosto de 1983…
Post publicado en Gamikia el 13 de septiembre de 2011
Jajaja,cualquiera le pilla el ranking a ese tal Rodney,desde 1983 nada menos.
ResponderEliminarPor cierto,el tal ET el extraterrestre...que cosa mas mala por dios y a ver que tenia eso que ver con ET
pues ET es el primer caso de licencia sacacuertos que se queda en putamierder. Hay muchos de esos y que lamentablemente no acabaron en el desierto enterrados...
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