Si de algo puede estar orgullosa Konami, es de su legado en la época 8-16bits. Sin duda alguna entre ella y Capcom se merendaron todo el pastel, dejando para las demás prácticamente migajas en lo que a juegos TOP se refiere (los haters me podéis comer la huevada por detrás). Fruto de esa Konami aventurera, que se atrevía con lo que fuera e intentaba innovar, tenemos este Soreyuke Ebisumaru! Karakuri Meiro - Kieta Goemon no Nazo!!, del que vamos a hablar hoy.
Algunos lo llaman Maze Goemon o Goemon Puzzle, pese a que podemos ver al Goemon histórico (Ishikawa) en una de las entregas del puzle titulado Puzzle & Dragons, y eso puede conducir a error. Nosotros lo llamaremos Ese Juego De Puzles Protagonizado Por el Bueno de Ebisumaru.
En un cartuchito de tan sólo 8MB y obra de Konami Osaka, nos encontramos ante el quinto Goemon de SNES. En esta ocasión dejamos de lado la aventura, el toque rolero y las plataformas puramente dichas y nos adentramos en otra cosa, ya que esta entrega es más bien un Spin Off de la saga, que cambia su formato a lo que denominaremos Laberintos Isométricos, pero conservando toda su locura, algo de lo que la serie hace su bandera.
El argumento es bien sencillo: el bueno de Ebisumaru va a buscar a Goemon a su casa pero lamentablemente no está. En lugar de ir a buscarlo se marca un Hardcore Gaming for True Lovers (básicamente liarse a jugar y que se te haga de día), pero en modo experto ya que se le pasan varios días viciando como un loco.
De repente, y tras dejar todo hecho unos zorros (kleenex incluídos ejem), se da cuenta que no encontró a Goemon, que es a lo que realmente iba, y sale atacando. Todos podemos comprender a Ebisumaru, ya que es ver una Super Nintendo apagada y echar el resto: te roba la vida y el corazón. Y es ahí donde empezamos, a la caza y captura de nuestro ninja cabezón favorito
El juego tiene dos modalidades. El Modo Historia, por un lado, con un mapa isométrico que recorreremos en pos de casas de fulanos que nos darán la vara y agujeros en el mapa con los niveles propiamente dichos. El hecho de que estén en japonés lógicamente es una traba, pero no es necesario para disfrutar del juego.
El Sistema de juego es puramente APG (Action Puzzle Games), ya que se basa en resolver un laberinto cambiante y dinámico. En él, podremos encontrar items y obstáculos (ruedas, interruptores, cañones, bonus...), así como un enemigo implacable: el tiempo.
Es un puzle para lo bueno y lo malo, con todo lo que ello conlleva: sólo recomendable para los amantes de este género, por mucho que te gustaran los Goemones anteriores. El japonés, como ya he dicho, no es imprescindible para disfrutarlo, ya que se deja jugar muy bien y es muy directo y sencillo.
En el juego podemos identificar referencias a varios juegos. Así, Soreyuke Ebisumaru! Karakuri Meiro Kieta Goemon no Nazo!! bebe claramente tanto de Chip´s Challenge (Epyx, 1989), como de Lemmings (DMA Designs, 1991).
Del primero, sin duda, el desplazamiento de un personaje en un laberinto en el cual hay baldosas que nos dirigen sin remisión (si bien es cierto que en Chip´s Challenge manejamos al personaje, no a un cursor), algo parecido a lo que ocurre en algunos gimnasios Pokemon; de nuestros queridos roedores miomorfos roba el concepto de que, usando un cursor, debemos ayudar a un personaje que se desplaza de manera automática, teniendo en cuenta el entorno.
Pero sin duda su mayor influencia es la de Pipe Mania (The Assembly Line, 1989), al que fácilmente recordaréis de algún clon (los hay de trenes, coches, animales...) o por Pipe Dream, versiones lanzadas por LucasFilm Games un tiempo más tarde. En este genial APG, teníamos que lidiar con un flujo de agua que avanzada lenta pero inexorablemente, y tan sólo debíamos redirigirlo girando y cambiando tuberías. Básicamente el mismo concepto que en el juego que hoy nos ocupa.
Los gráficos son renderizaciones, algo que en esa época era muy común, pero que destilan amor made in Konami. Animaciones sencillas pero muy correctas y unos fondos para la acción que parecen sacados del Windows pero que no molestan. Por lo demás (personaje, intro, mapa del mundo) muy bien, tampoco se puede pedir otra cosa para un juego de estas características.
La Musica es muy alocada y puro 16bits: desde las ambientales para el mapa a las desenfadadas para la acción más desenfrenada. Los FX son muy correctos aunque tampoco es una cosa muy a destacar en este tipo de juegos, con variedad y que casan 100% con el espíritu gamberro de la saga. Una vez más Konami dándo lo mejor de sí, demostrando todo su poderío.
Para ser un juego de este tipo es bastante largo y variado, más aun si tenemos en cuenta el mapa, ya que supongo que los NPCs con los que hablas te van guiando, dando consejos y -creo- misiones (una vez más, el idioma puede ser un lastre). Sinceramente, no se hace nada cansino ni lineal, pero vamos, repito que es un juego de puzzles, hay que saber lo que vamos a jugar.
Pero sin duda es su Modo 2P el que se lleva la palma en cuanto a diversión. En él, y tras seleccionar fase y la puntuación que debemos alcanzar, desatamos el infierno. Su jugabilidad, adicción, locura y frenesí es francamente impagable. A la anarquía reinante en el modo para un jugador, se añade (lógicamente) uno más, siendo dos los cursores que se desplazan por la pantalla cambiando baldosas. Así, no hay que dirigir a un Ebisumaru, ya que ocho o más ninjas gañanes camparán por la pantalla, debiendo dirigir cuanto más mejor a nuestra meta.
Otra novedad es que encontraremos interruptores que equiparán bombas a cualquier Ebi que lo pise. Si uno de los que calza una de esas armas de destrucción masiva cae en nuestro goal, nuestro contador volverá a cero, llevemos la cantidad que llevemos, tocando volver a empezar.
Resumiendo: es una locura anárquica pero jodidamente divertida. Mi hijo y yo hemos estado dándole a base de bien, siendo incluso la herramienta para dirimir alguna discusión que otra. Una vez más recalcar que el lenguaje no es una barrera, pero si vienes buscando un plataformas protagonizado por Ebisumaru y compañía vas listo. Eso sí, como APG no tiene desperdicio. Dadle una oportunidad...
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