Ahora que según parece vamos a tener nuevo/remake/entrega de Rise of the Triad no viene mal recordar el original. Así que aquí os dejo mi post sobre el mismo en Gamikia. Si no lo conocíais adelante, merece la pena...
Fíjate que el padre de la criatura es Apogee Software Productions. Sé que me diréis ahora que los creadores fueron 3D Realms.
Sí y no, ya que en sus comienzos (1994) 3D Realms fue una marca dentro
de Apogee dedicada en exclusiva a los entonces novedosos y exitosos
juegos en 3D. Gracias al enorme y desbordante éxito de éstos en 1996 se
decidió que Apogee debía morir para que 3D Realms fuera la que
dominara el cotarro. Cambio de nombre y listo. Al menos hasta mayo de
2009 cuando todo el equipo de desarrollo fue despedido dejando
paralizado el ya mencionado DNF hasta hace bien poquito, acabado por otra empresa.
Al hablar de Apogee/3D Realms debemos recordar títulos como la saga Duke Nukem, Commander Keen, Wolfenstein 3D, Stargunner, Bio Menace o nuestro protagonista de hoy: Rise Of The Triad. Las aventuras del equipo especial HUNT (High risk United Nations Taskforce o Grupo de trabajo de Alto Riesgo de las Naciones Unidas) en la isla de San Nicolás masacrando pseudonazis
en busca de El Oscuro, un ricachón de orientaciones sectarias y
ocultistas, me marcaron de tal forma que aún a día de hoy tiene el honor
de ser uno de mis juegos preferidos.
Argumentalmente, se supone que tras la muerte de Hitler se mostraron
tres fuerzas que realmente estaban tras las acciones perpetradas por el
sanguinario dictador. Por supuesto estas organizaciones seguían teniendo
planes para el mundo pese a la muerte de su marioneta. Los soldados
especiales Taradino, Barrett, Lorelei Ni, Wend y Freeley son
descubiertos en su investigación y tras la destrucción de su único
método de huída no tiene más salida que liarse la manta a la cabeza para
introducirse en la base de El Oscuro y arrasar hasta con el palo de la
bandera. Con dos pelotas.
No sé si recordaréis el genial también Spear of Destiny (PC, 1992), obra de iD Software. Hablamos de la precuela del mítico Wolfenstein 3D, en la que se cuenta como el soldado Blazcowicz debe recuperar la lanza de Longinus,
es decir, la Lanza del Destino de manos de los nazis. Se supone que con
la lanza que atravesó a Jesucristo en la cruz uno no puede ser
derrotado. El juego, personalmente genial, nos llevaba tras recuperar la
lanza a un infierno donde debíamos derrotar al mismísimo Ángel de la Muerte.
¿Que a qué viene todo esto? Pues a que Rise Of The Triad iba a ser la continuación de ese Spear of Destiny,
lo que lo situa en la difícil tesitura de ser el tercer juego en la
saga Wolfenstein. Sin embargo este no está desarrollado por iD ya que estaban ocupados en amortizar el éxito de Doom (1993) y por la preparación de Quake (1996), otro grandísimo éxito que dejaría a ROTT directamente como anticuado.
Finalmente y viendo el poco interés que iD demostró por ROTT la gente
de 3D Realms decidió apostar por el juego, aunque tuvieran que
prescindir de mención alguna a anteriores juegos e incluso al
protagonista (Blazkowickz) por los odiosos copyrights, pese a cientos de guiños inherentes en el juego
Bajo una vista en primera persona y tras elegir con qué personaje aventurarnos en San Nicolás nos encontramos ante un arcade
con toques de aventura que tiene muy claro lo que es y conoce sus
limitaciones. Deberemos recorrer niveles exterminando enemigos para
poder avanzar, aunque eso incluya a unos final bosses geniales de mayor o menor resistencia.
Los niveles inspirados en distantas zonas de la isla (laboratorios,
fortalezas, villas, monasterios…) no nos ofrecerán mayor problema que
unos puzles lo más simples posibles pero no por ello
sencillos: encontrar las llaves o escaleras que nos permitan avanzar en
la historia teniendo en cuenta la existencia de trampas, columnas con
cuchillas, puentes, cañones, lanzallamas, pasadizos, plataformas o zonas
secretas entre otros.
Por el camino por supuesto encontraremos bastante resistencia. Los
enemigos serán duros y abundantes, además de inesperados, ya que de los
típicos soldados nazis pasaremos a brujos y monjes tocapelotas, e incluso algunas máquinas de guerra la mar de efectivas como en anteriores entregas
de la saga. Todo desde un punto de vista muy arcade, como ya hemos
dicho antes, que incluía tablas de puntuaciones y valoraciones al final
de cada nivel.
Otra de sus señas de identidad es la violencia.
Siendo heredero de Wolfenstein no es de extrañar el encontrarnos
situaciones dantescas en las que la palabra que mejor lo podría definir
es escabechina, nerced a unos personajes que explotan, se
desangran, se desmiembran o se achicharran de una manera totalmente
gráfica y atractiva que luce fenomenal con esos gráficos con actores digitalizados en lugar de sprites clásicos. Sí eran los 90. Es curioso saber que el enemigo principal es el jefe desarrollador del juego: Tom Hall.
También de clara inspiración arcade es el armamento con un arsenal
que al principio se limita a una pistola de munición ilimitada para
empezar pero que pronto aumentaremos gracias a la opción de usar a la
vez dos pistolas en plan John Woo y también a una metralleta MP40 clásica.
Por otro lado y ocasionalmente existen otras armas de un carácter más
destructivo y cafre las cuales sí que necesitarán munición. Desde
misiles buscapersonas sencillos o dobles, a bazookas clásicos,
bombas de aspersión a napalm o bombas de incineración, pasando por
algunas un tanto más esotéricas como la Excalibat (una especie de
espada) y una vara mágica de poder destructor.
Mención especial merece el sabroso multijugador. Cuando esta función
no pasaba de mera anécdota ROTT se desmarcó con el COMM-BAT mode para
hasta once jugadores.Con nueve modos distintos, una variedad
abrumadora, incluía deathmatch, destrucción de objetivos, modo cazador,
modo puzle, captura la bandera… Realmente impresionante, innovador y
cuidado para aquellos años.
ROTT es un shooter subjetivo que sorprendió en los albores del género
a propios y extraños con unos geniales gráficos, un planteamiento
adulto digno heredero de la saga y un apartado sonoro y musical de
quitarse el sombrero. No soy de este tipo de juegos ni mucho menos, ya
lo sabéis, pero ROTT es un clásico que merece aparecer en RetroGamikia
por méritos propios.
Es divertido, directo y sincero, como a mi me
gustan. Si tenéis oportunidad dedicadle un ratito que de verdad merece
la pena. Lástima que no tuviera más conversión que el port directo a iOS. Nunca masacrar pseudonazis fue tan divertido.
Entrada publicada en Gamikia el 6 de marzo de 2011 (ENLACE)
No hay comentarios:
Publicar un comentario