Cuando conocimos la noticia de que el arcade de Konami
con la licencia de Los Simpsons iba a llegar en formato descargable una
alegría incontrolable recorrió mi cuerpo. No podría contar la cantidad
de monedas que pude haber gastado en mi salón recreativo en aquella
maravillosa cabinet para cuatro jugadores simultaneos. Pero de
repente mi erección empezó a recular y un terrible gatillazo afloró en
lo más oscuro de mi mente: ¿cómo habrá envejecido esta recreativa?
Hemos de tener en cuenta que quien más y quien menos durante estos
años ha crecido (en todos los sentidos). Hemos envejecido, engordado,
madurado (ejem), probado sustancias ilegales,
y en definitiva cambiado. Además sin tener en cuenta que a veces la
memoria y los recuerdos juegan malas pasadas. Todos tenemos alguna novia
que con el paso de los años al verla hace que nos preguntemos en qué cojones estábamos pensando… No sé si me explico. En cualquier caso vamos a lo que interesa.
El año 1991 es mítico en cuanto a videojuegos y excelso en cuanto a arcades. Captain Commando (Capcom), Fatal Fury (SNK), Joe & Mac Caveman Ninja (Data East), Street Fighter II (Capcom) o el genial Sunset Riders (Konami) son sólo algunos de los títulos que compitieron con nuestro protagonista de hoy por la atención de los jugones y sus moneditas de 25 pesetas en los salones recreativos.
The Simpsons esconde bajo su descarada y fresca apariencia de cartoon subversivo americano un beat´em up de los de toda la vida. Un yo contra el barrio que se llamaba entonces o un brawler
que lo llaman los finolis ahora. Otros títulos anteriores dejaron el
listón muy alto. La misma Konami se desmarcó con un genial TMNT. ¿Quién no se ha dejado la paga en Final Fight (Capcom), Golden Axe (Sega) o Sengoku
(SNK)? Es un género que en su día vendió muy bien y adaptó todos los
estilos posibles. Mutantes, robots, soldados, animales, comics… ¿Por
qué no una serie de animación?
Lo cierto es que pese a resultar realmente divertido hay cientos de street brawlers que superan lo que hoy es The Simpsons arcade game.
No sabéis lo que me cuesta decir esto ya que soy un fan acérrimo de la
familia de Springfield y como tal me hallo en una dicotomía. Si el que
habla es la fan locaza de Matt Groening os
podría hablar de sus múltiples guiños a la serie, sus voces
digitalizadas (americanas), su jugabilidad sencilla, rápida y directa,
su música… Pero si el que habla es el gamer de y tantos años
debemos reconocer que el juego no ha envejecido lo bien que debería y
que da la sensación que su relanzamiento no ha sido todo lo cuidado y
atento que se merecía.
También hemos de tener en cuenta que The Simpsons ha
madurado, no sólo nosotros. Las tramas cada vez más complejas (lo que
pueden ser en 30 minutos), los chistes cada vez más burros y unos
secundarios realmente cambiados tampoco es que ayuden a situar a esta
entrega.
Desde un Smithers que aquí se presenta como un sicario con ganas de bronca en lugar de la reinona que todos sabemos que es, a una taberna de Moe situada en los bajos de un cementerio y que no tiene nada que ver con la de la serie, pasando por un Sideshow Bob
que nos ayudará en nuestra misión en lugar de arrancar la cabeza de
Bart y cagarse en el agujero. Hay cientos de cosas que ya no son así
porque han pasado más de veinte años desde que este juego llegó a
nuestras vidas. Eso son muchas temporadas.
Son unas tonterías de viejo chocho, pero luego no digáis que no os aviso de que el sentido del humor presente en el juego es cándido e inocente si lo comparamos con los Simpsons actuales. Muestra de ello es el argumento: Smithers roba un diamante pare el hijo de la gran perra de Mr. Burns que desgraciadamente queda encajado en la boca de Maggie
a modo de chupete.
En un ataque de lucidez Smithers decide llevarse a
la niña para no perder la joya y como no podía ser de otra manera la
familia entera se embarca en la misión de rescate. Durante ésta
recorreremos Krustylandia, un bosque, un cementerio, la taberna de Moe, los estudios de televisión de la KBBL, la central nuclear y, mi favorito, un mundo de pesadilla lleno de Donuts caníbales.
En cuanto a la familia cada uno ocupa un rol específico en este tipo de juegos, ya que Homer sería el wrestler-gañán, Marge y su aspiradora serían algo más rápidas pero menos fuertes, mientras que Lisa y Bart
serían más ágiles pero menos contundentes, pese a estar armados con una
comba y un monopatín respectivamente. Marge sería una equilibrada
elección entre rapidez y fuerza, pero allá cada uno.
La jugabilidad es muy sencilla con unos combos realmente simples y
una variedad en este caso inexistente. Nos limitamos a machacar botones y
sólo se salvan los ataques conjuntos. Pero también es cierto que
tampoco necesitamos más: la mayoría de enemigos caerán tras un par de
combos, siendo tan sólo los final bosses un reto realmente a la altura de la familia Simpson.
Estos jefes finales son realmente duros y en algunos casos te harán
sudar. Pasaremos de la relativa sencillez de los tres primeros a la
dureza extrema de algunos de niveles posteriores. No sufráis mucho
porque realmente se pasa todo en un suspiro y se hace realmente corto ya
que las fases son bastante pequeñas. Al menos si acabamos el juego
liberaremos la opción de jugar con la rom japonesa.
El juego viene a ser el mismo salvo algunas armas nuevas repartidas
por el escenario, un nuevo sistema de puntuación y poco más. El liberar
esta versión, conseguir ilustraciones, galerías sonoras y el poder jugar
cuatro amigos (local u online) son aspectos que pueden alargar algo más la vida útil del juego, junto con los logros/trofeos añadidos si eres una achievement whore.
Si por el contrario eres otro tipo de whore (más concretamente una graphic whore) aquí encontrarás unos diseños 2D respetuosos con el espíritu de la serie en 1991, con detalles y guiños por todos lados, amén de unas animaciones solventes. Como todo reboot viejuno y avinagrante
es de recibo jugarlo en un televisor de tubo, de los de antes, ya que
los gráficos por su resolución pierden mucho en las TV modernas, pese a
los tan socorridos filtros que lo que te dan de una cosa te lo quitan de otra. Lo mismo que te digo que sonoramente te encantará si tienes oído de chiptunero, ya que con muy poco se hacían grandes piezas musicales. Si buscas versiones orquestales o arrange más vale que vayas a cascártela a otro lado.
El hecho de que el juego tuviera tan sólo dos adaptaciones domésticas
(Commodore 64 y MS-DOS) y que nunca apareciera en consolas es otro
detalle que hará que muchos jugadores le tengan ganas, yo incluido. Pero
una vez que lo he vuelto a jugar dos cosas han manchado tan bonito
reencuentro: 9,99 y 800. Esas son las cantidades (euros y Microsoft points respectivamente) que cuesta este revival nostálgico. Si de verdad lo vale es algo a valorar por cada uno. Personalmente creo que The Simpsons Arcade Game se
merecía una conversión más trabajada y más si tenemos en cuenta que
existen títulos modernos mucho más trabajados por ese precio.
No nos engañemos. Existen dos factores primordiales en esta ecuación. A: que seas fan de Los Simpsons. B:
que ya jugaras en su día a este juego. Si una de estas dos variables
falla, la resolución del problema puede no ser realmente satisfactoria.
¿Que qué quiero decir con todo esto si yo soy de letras? Muy sencillo: la relación calidad-precio de este título reside única y exclusivamente en vuestras experiencias anteriores. Ahora apañaros vosotros mismos.
Lo Mejor
-El mejor videojuego de The Simpsons junto con Hit & Run.
-Cuatro jugadores simultaneos (online y local).
-Guiños, guiños, everywhere.
-Variedad de enemigos.
-Volver a recordar viejos tiempos…
Lo Peor
-…aunque a veces es peor revolver en los recuerdos.
-Se hace corto y terriblemente sencillo.
-Muchos de los personajes ya no son así.
-Poco aprovechado este relanzamiento, han ido a cosa hecha.
-Escasa rejugabilidad.
-Las intros dan cosica.
-Precio excesivo si lo comparamos con otros títulos similares
análisis publicado en Pulpofrito el 23 de febrero de 2012
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